¡Hola! Somos Patri y Pepe.

Junto con nuestras hijas, Elena y Victoria, formamos la familia que se ocupa de cuidar este lugar llamado Cortijo Balzaín. Vivimos aquí desde que nacimos y no hay sitio que nos guste más que esta tierra que nos acoge y nos da trabajo para sacar adelante a nuestra familia.

Trabajar en el campo es muy duro y máxime cuando la climatología hace que tu trabajo no sea rentable. Y es duro reconocer que lo que sacas de la tierra no cubre ni tu propio salario. Y así, año tras año, te va llevando a la desesperanza de no poder alcanzar un futuro mejor.

Pero un día, allá por el año 1998, en un encuentro con uno de los propietarios del Cortijo, le hablamos del Turismo Rural como alternativa al cultivo agrícola. Nos escuchó y …¡ cambió nuestras vidas !

Fué emocionante ver como las ruinas de este Cortijo se transformaban sin perder el encanto y el recuerdo del pasado.

Fué emocionante ver como los antiguos muros volvían a cobijar la vida sin perder su belleza de antaño

Fué emocionante ver como las herramientas del campo, rotas y abandonadas, resurgían para recordar el esfuerzo y el duro trabajo que hicimos en esta querida tierra.

Y sobre todo, fué emocionante cuando empezamos a recibir a los primeros huéspedes. No sabíamos nada sobre turismo, pero teníamos unas ganas locas de triunfar. Pusimos en ello todo nuestro entusiasmo sin olvidar nuestra sencillez y nuestro trato amable para todos.

Teníamos muchos amigos. Ahora tenemos muchos más repartidos por todo el mundo. Nos emociona recibir sus mensajes y comprobar que les gusta lo que le ofrecemos y que se sienten satisfechos de su estancia en Balzaín. Y nosotros, cada día crecemos y nos enriquecemos con sus experiencias y el calor humano que nos aportan.

Gracias a todos; a los propietarios del Cortijo, a los que nos ayudan y comparten con nosotros la tarea en la gestión de estos alojamientos, a los amigos que nos han visitado y a los que vendrán mañana.

Os esperamos a todos.

Patri y Pepe.