Sierra Nevada ofrece un complejo de ecosistemas que albergan una variada representación de la fauna ornitológica de la alta montaña mediterránea. La confluencia de factores climáticos, geográficos, orográficos, geobot
ánicos y antropogénicos han condicionado, a lo largo de la historia, la presencia de las distintas especies que conforman su avifauna.

Sierra Nevada alberga poblaciones nidificantes de algunas especies septentrionales que suponen su límite suroriental de distribución en la Península Ibérica, como lo son el Acentor Común, el Escribano Hortelano, el Mosquitero Común o el Picogordo.

En los aledaños de Sierra Nevada, se encuentra la interesante Area de Reserva Humedal del Padúl, zona importante para las aves durante la invernada, pasos migratorios y época de nidificación.

No se debe pasar por alto el hecho de que la rica diversidad botánica de esta montaña redunda en una no menos rica fauna entomológica que sustenta a un elevado porcentaje de aves insectívoras en la comunidad de pasiformes del Parque Nacional de Sierra Nevada. De la totalidad de las 123 especies de aves de este espacio protegido, aproximadamente la mitad son residentes.

Algunas de las aves más emblemáticas de Sierra Nevada son:Acentor Alpino (Prunella collaris): Esta pequeña ave constituye la única especie típicamente alpina que habita Sierra Nevada durante todo el año. Su población nidificante se estima entre uno y dos centenares de parejas y se les puede observar, durante mayo a octubre, en solitario o en pequeños bandos, desde los 2.500 hasta los 3.482 m.

Roquero Rojo (Monticola saxatilis): Durante la primera semana de abril hacen aparición los primeros machos y al poco tiempo las esquivas hembras de esta bella y tímida especie, que aguarda la retirada de la nieve para ocupar sus territorios de cría. A pesar de ser una especie típicamente mediterránea, en Sierra Nevada aparece de forma irregular y poco densa, siempre por encima de los 1.500 m y en terrenos supraforestales donde alcanza su máxima densidad en trono a los 2.500 m.

Mirlo Capiblanco (Turdus torquatus): Se trata del principal invernante que recibe Sierra Nevada y su observación es frecuente desde principios de octubre hasta marzo y abril. Se distribuye generalmente en las zonas de bosque y matorral, donde desempeña un importante papel ecológico en la dispersión de las semillas de los frutos de los que se alimenta, básicamente de enebro y, en menor medida, de agracejo, majuelo y escaramujo.

Mirlo Acuático (Cinclus cinclus aquaticus): A lo largo de la multitud de ríos y arroyos que surcan Sierra Nevada podemos encontrar de forma regular a este excelente bioindicador de la calidad de aguas, que alcanza sus mayores densidades en la vertiente norte. Se establece en los lugares de cría, desde los 1.000 hasta los 2.500 m, a finales de marzo.


Chova Piquirroja
(Pyrrhocorax pyrrhocorax erythrorhamphus): Los sonoros reclamos y vuelos acrobáticos de este corvido siguen siendo fácilmente observables en Sierra Nevada. Durante el periodo invernal se mantienen nutridas poblaciones en bandos que alcanzan hasta varios centenares de aves.

Aguila Real (Aquila chrysaetos homeyeri): La mayor ave rapaz nidificante en Sierra Nevada cuenta con una población estimada de unas veinte parejas. Para la ubicación de sus nidos se sirve de tajos y acantilados fluviales entre los 1.500 y 2.500 m., aprovechando cornisas u oquedades naturales

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