La edificación más antigua es la denominada «Caserío Fuente del Álamo», cuyos orígenes se remontan a fechas anteriores al S.XVII.

Primitivamente, la Fuente del Álamo fué un refugio natural de pastores que acampaban junto al manatial y se protegían bajo las rocas de su entorno. Posteriormente, construyeron una cabaña sobre el manatial, rodeada de una muralla de piedra que encerraba el aprisco para el ganado. Más adelante, establecieron un asentamiento permanente y empezaron a cultivar los campos, por lo que fue nencesario construir viviendas, establos, graneros y un estanque para almacenar el agua, dando origen al actual Cortijo Balzaín.

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La primitiva cabaña se convirtió en un gran palomar, que fue muy importante para sus moradores, como puede deducirse por los múltiples columbarios para la cría de pichones que aún se conservan.

Las palomas eran un recurso alimenticio de primer orden en la vida rural. A estas aves no había que darles comida, se reproducían con gran facilidad y eran la base proteínica para los pucheros y sopas.

Poco a poco, Balzaín se transformó en un atractivo lugar y se convirtió en referencia obligada para todo montañero amante de la Sierra. Era el primer descanso en la ruta para calmar la sed en su fuente de agua cristalina y un refrescante baño en su estanque al regreso de la marcha.

El gran montañero, Ferrer, en su libro sobre Sierra Nevada, lo describió así:

Balzaín es un blanco caserío, protegido por sus viejos y añosos castaños, sus caminos alineados de nogales y el agua de sus pequeños canalillos, rebosan la paz de los campos.

Un nacimiento de agua, que surge entre las rocas del monte, nos habla de la muda canción de las cosas y de los recuerdos. Y el almendral de la ladera, y aquellos pinos piñoneros, de copa alta, como penachos encendidos, conservan el fulgor de un paisaje sentimental y delicado.

Balzaín fue también, durante muchos años, el destino y encuentro de las romerías de los pueblos próximos que cubrían sus campos de carros engalanados, caballos enjaezados con jinetes y mujeres a la grupa y cientos de romeros que pasaban el día a la sombra de los nogales y almendros en flor, al frescor de los arroyos que surcaban los campos y al amparo de la Virgen de Balzaín, entronizada en la gruta de donde brota el manantial.

Hoy en día Balzaín es una explotación agrícola dedicada al cultivo del almendro y de la miel y que, mediante la rehabilitación de sus edificaciones, se ha abierto al Turismo Rural.

 

Balzaín hoy.

Unas palabras sobre el proyecto de adaptación para Turismo Rural
Al acometer la rehabilitación de este antiguo Caserío, nos propusimos recuperar su pasado sin añadir elementos extraños ni decoración artificial alguna.

La sencillez de la vida rural no debía ser alterada. Ni siquiera los antiguos utensilios agrícolas debían exhibirse como elementos decorativos, pues este destino quitaba dignidad al esfuerzo del trabajo en el campo. Para ellos, creamos un pequeño museo donde se guardan con respeto y en recuerdo del pasado laborioso de este Cortijo y de sus gentes.

El resultado de este empeño son estas casas rurales, con el encanto de lo sencillo y el ambiente rústico y auténtico de un cortijo andaluz.

En su rehabilitación se han respetado su estructura original y los detalles y materiales constructivos existentes, que son los que imprimen el carácter y singular belleza a estos alojamientos.

En pocas palabras, nos hemos limitado a resaltar la belleza de los elementos rústicos de este Cortijo, dándoles el protagonismo que merecen e instalando entre sus muros unas casas con todo el confort que hoy exigimos, para que puedas disfrutar de paz y tranquilidad en un ambiente rural auténtico y en plena naturaleza.

Deseamos el mejor futuro para Blazáin y que los viajeros que lo visiten, perciban el espíritu que nosotros pusimos en su recuperación.

Isabel y Gonzalo R.

El trabajo realizado para convertir este Cortijo en Alojamientos Rurales, fué reconocido y premiado por la RAAR y la JUNTA DE ANDALUCÍA con el premio «Mejor Iniciativa de Turismo Rural 2000».