Un sencillo itinerario por el centro de Granada para que descubras placeres alternativos entre rincones inolvidables
Granada, considerada como la Ciudad más bonita de España en 2016, no sólo es eso, una “ciudad bonita”. Lo que el visitante respira y siente en esta ciudad es algo diferente. Es la belleza romántica que se presiente al divisar Sierra Nevada a lo lejos con Granada a sus pies, al acercarte por la autovía. Es el ajetreo las grandes ciudades con sus coches, motos, muchas motos, viandantes y turistas al adentrarse en la ciudad. Es el, a veces desesperante, laberinto de circulatorio de calles estrechas y adoquinadas de las viejas ciudades imperiales -aparca el coche, disfrutarás más-, es la melancolía parisina al subir por el Paseo de los Tristes, es la majestuosidad sentida al llegar a los pies de la loma donde se asienta la Alhambra. Es también la historia que se respira en La Catedral, o en sus pasadizos de la Alcaicería, pequeñas callejuelas repletas de aromas y artesanías. El Albahicín, la Alpujarra… Granada, por muchas cosas, es una ciudad que no se olvida ni confunde, y eso no lo pueden decir muchas ciudades.
Nos vamos a desmarcar de las tradicionales visitas, vamos a plantear un día en Granada algo diferente.
Merece la pena empezar pronto el día, para los perezosos, la tentación es fácil: Los mejores churros que tomarán en mucho tiempo. Os recomendamos aparcar el coche en un parking, granada no puede presumir de tráfico fluido y aparcamiento fácil. Una buena opción es en la Plaza del Campillo. Desde ahí, subiendo por Acera del Darro llegaréis La Puerta Real, llamada así por ser allí donde se daba acceso a la antigua ciudad amurallada. Hoy en día es el centro neurálgico de la ciudad y marca el inicio del viejo casco urbano de la ciudad. Cruzad y encontraréis la Calle Mesones y sus callejuelas aledañas donde encontraréis mezclados comercios típicos con las tiendas de siempre. Un rato de turismo por la zona servirá para abrir el apetito. A media altura de la Calle Mesones, a la derecha encontraréis otra zona emblemática, la Plaza Bib-rambla. Una vez allí, elegid bien, coged sitio en una terraza si el tiempo acompaña y, sobre todo, pedid un chocolate con churros, ¡no os arrepentiréis!
Ya desayunados, perdeos por los aledaños de la plaza, esa zona se llama Alcaicería, callejuelas repletas de tiendecillas árabes de artesanía y souvenirs. Lo más normal es que tarde o temprano desemboquéis en la plaza de La Catedral. Merece la pena entrar, a los más beatos y a los menos, parece mentira que en una ciudad tan bulliciosa exista un lugar con tanto silencio y recogimiento. No posee preciosos retablos ni motivos de peregrinaje, pero el incienso, la luz difuminada, el eco, las alturas de sus columnas te dejarán buen recuerdo.
Si lo habéis hecho sin prisa, ya habrá entrado el calor y será un momento perfecto para tomarse un helado. Nuestra recomendación es ir “donde toda la vida”. Bordeando la Catedral tenéis la Calle Oficios, que desemboca en la Gran Vía de Colón. Desde ahí, dirigíos a la Avenida de los Reyes Católicos y en la acera de la izquierda encontraréis una pequeña heladería tradicional llamada “Los Italianos”., considerados por muchos, los mejores helados de Granada. Aprovisionaros bien que hay un buen paseo por delante.
Seguid subiendo, merece la pena. Pocos minutos después llegaréis a El Paseo del Padre Majón o, más conocido como El Paseo de Los Tristes. Ya en este precioso paseo, a vuestra derecha podréis contemplar la majestuosidad de La Alhambra
Por la misma Gran Vía de Colón, llegaréis a la intersección con la Avenida de los Reyes Católicos, allí se encuentra la Plaza de Isabel La Católica. Una esquina con tanta historia como sus propios nombres. En el centro de la plaza se encuentra una gran escultura que representa a la Reina Isabel aceptando la propuesta de Cristobal Colón. Un buen lugar para una foto de grupo llena de contenido.
Continuad subiendo por la Avenida de los Reyes Católicos, llegaréis Plaza Nueva y, pocos metros más allá, a la Plaza de Santa Ana. Zona demasiado turística para recomendar un aperitivo. Seguid subiendo, a la izquierda se asoma el Barrio del Albaicín, que dejaremos para otro día. Saliendo de de la Plaza de Santa Ana comienza una de las calles (o recorrido) más bellas que conocerás.
Es la Carrera del Darro y el Paseo del Padre Majón. Por la Acera de la derecha tenéis el pequeño río Darro, a la izquierda antiguas y cuidadas fachadas. Nos encontramos a los pies de La Alhambra, que sobre nuestras cabezas empieza a intuirse sus jardines exteriores, pero no será hasta el Puente de Cadí cuando podamos verla. Seguid subiendo, merece la pena. Pocos minutos después llegaréis a El Paseo del Padre Majón o, más conocido como El Paseo de Los Tristes. Ya en este precioso paseo, a vuestra derecha podréis contemplar la majestuosidad de La Alhambra y, aun siendo también zona turística, merece la pena sentarse a tomar una caña en una de las terrazas.
Descansad un rato, disfrutad de las vistas y de la historia que os contempla. En el siguiente artículo abordaremos el camino de regreso, continuaremos con nuestra particular ruta por granada y tendrá su recompensa, otra de las mayores y más conocidas tradiciones de Granada: Las Tapas!
Galería y Recorrido:
Enlace al recorrido en Google Maps: https://goo.gl/maps/8PWxVWmiJbP2